El judío israelí no parece tener muy claro los conceptos sagrado y profano. Muchos viajaran en Shabat para ver un partido de futbol pero al salir de su casa besarán la mezuza. Por el camino bajaran para comer humus pero no comeran cerdo. El siempre circuncidará a su hijo pero cuestionará la ceremonia halájica.
En el amplio marco ideológico que van de una religiosidad máxima al ateísmo extremo, el judío israelí parece ubicarse en el medio. Religioso o no vive en paz con sus elecciones y contradicciones.
Es esta la imágen que surge de una amplia investigación que realizara hace un tiempo el instituto Dahaf. Cerca de 1.000 judíos adultos participaron de la muestra cuya conclusión más determinante fue que la identidad del judío- israelí es "como una torta que no terminó de coccionarse ". De la investigación se desprende que el 50 % de los israelíes judíos se autodefinen como laicos, 30% tradicionalistas, 12 % religiosos- sionistas y 8 % ortodoxos haredíes.
77 % de los judíos israelíes creen en Di-s y otro 8 % en una fuerza superior lo que transforma a Israel en el país occidental más creyente ( en EE.UU. el 70 % cre en Di-s). Un 34 % de los israelíes comen casher en su casa y un 61 % de lo laicos israelíes se cuidan de no mezclar carne y leche. Un 47 % no come pan o leudantes en Pesaj ( si sumamos a los religiosos llegarían al 70 %). 39 % de los laicos estan de acuerdo con que sus hijos se casen en una ceremonia religiosa de acuerdo a la lay mosaica.
62 % de los judíos que se consideran tradicionalistas viajan en Shabat y ven también TV en Shabat. La asistencia a las sinagogas la reservan solo para las fiestas más importantes. un 13 % de los judíos tradicionalistas usan kipá en forma permanente. En la observancia del Shabat y del cashrut no se encontraron diferencias sustanciales entre los distintos grupos. Si aparecieron diferencias por nivel de ingresos. Los religiosos más pobres más lo cuidan. 44 % de lo israelíes de menores ingresos no viajarían en Shabat. La mayoría de las diferencias en la observancia de preceptos de acuerdo al nivel de vida se ve en los grupos más haredíes : ellos tienen familias más numerosas pero menores ingresos.
¿Qué otros preceptos cumple el israelí tipo ?. 65 % de las mujeres casadas encienden velas sabáticas.
25 % de los israelíes rezan todos los días en la sinagoga; 14 % sólo en Shabat o fiestas. Un 58 % de los laicos no asisten en general a las sinagogas. Un 23 % de lo varones israelíes usan kipa y un 44% tienen mezuza en la casa.
El judío-israelí típico parece convivir con sus contradicciones. Siente que no lo desgarran sino que lo enriquecen. El judío- israelí tipo no tiene dudas de la existencia de Di-s pero tiene su propia escala de observancia: puede tener mezuza en todas sus habitaciones pero podría pasear por shoopings en Shabat. El judío israelí medio parece haber compuesto su menú personal de preceptos positivos y negativos. En ese sentido se parece al judío diaspórico. Muchos de los que en Israel se consideran religiosos en EE.UU. serían vistos como conservadores o liberales y muchos de los que se dicen laicos en Israel serían considerados reformistas en EE.UU.
El profesor Baruj Kimerling en su artículo Religión, Nacionalidad y Democracia en Israel, evalua que el 16 % de los israelíes son creyentes "completos " y otro 16 % negadores totales de la religiosidad.
Entre un extremo y otro hay amplios matices que pasan por la popularización de la religiosidad ( jasidismo ) y el nacionalismo religioso ( Bnei Akiva ).
"El pueblo judío ",decía el filósofo judío Ajad Aham a principios del siglo XX, "se cuida asi mismo y su espíritu nacional gracias a su capacidad maravillosa de utilizar diversos instrumentos para cuidar su espíritu.Los instrumentos cambian, el espíritu se mantiene. Un judío se percibirá así mismo siempre como un eslabón en la cadena de las generaciones con una particular afinidad a su historia milenaria. La mezcla de religión, nacionalidad, cultura y tradición reflejan hoy las dificultades de la identidad judía en nuestros días.
A los participantes del estudio se les preguntó : ¿ qué modelo de identidad judía es más adecuada para su propia definición: judío por religión, por nacionalidad o por ser israelí ?. Un 40 % dijeron ser judíos por religión ; un 33 % por ser israelíes ; 26 % por pertenecer al pueblo judío. Algunos de estos números asombran debido a la gigantesca aliá rusa de los años 90 donde uno podría pensar que habrían aumentado los que se definen por su ciudadanía israelí. Sin embargo ese proceso parece lento.
El fenómeno dominante entre los judíos de Israel en los últimos años es el fortalecimiento del sentimiento nacional. Cuando se preguntó que es lo que hace judío al estado judío un 38% respondió que es el caracter nacional del estado; 34 % que hay una mayoría judía.
La necesidad de definir desde su nacimiento las complejas relaciones entre estado judío y religión judía complicó más las cosas. En junio de 1947, David Ben Gurión,futuro primer ministro, le envio a la agrupación religiosa Agudat Israel una propuesta en la que se detallaba el caracter tradicional judío del futuro estado : el Shabat como día de descanso religioso y social, la observancia del cashrut en todo ámbito público y estatal ,autonomía educativa para cada corriente ideológica y la transferencia de los asuntos familiares a la tutela de los rabinos. La carta también decía que Israel no debía ser un estado halájico y que se garantizará la libertad de cultos para todos sus habitantes.
La propuesta fue bien recibida por Agudat Israel que de esta forma dejó de ver en el sionismo un elemento opositor a la religión judía. ¿ Cómo ve hoy la sociedad israelí este acuerdo de "ayer " ?.
Depende desde donde se lo mire. Para el investigador, Israel Segal, la fractura laico-religiosa en Israel es muy amplia. No hay indicios de puentes de comunicación y tan sólo se ve alguna vinculación algo lejana. Sin embargo, este abismo religioso-cultural, lejos de crecer, ha disminuido. La segunda intifada, la guerra contra el terrorismo islámico-palestino, la amenaza latente sobre la existencia de Israel, la incorporación de miles de olim rusos a Israel, todo esto fortaleció el acercamiento entre las partes. De la investigación se deduce que un 45 % de los judíos israelíes piensan que debería existir un criterio único de conversión reconocida y un 53 % piensa que la ortodoxia no debería monopolizar los casamientos. Un 46 % de los laicos esta en favor de los matrimonios civiles mientras que en los religiosos de diversas líneas la cifra que esta de acuerdo es de un 8 %.
Desde un principio quedó claro para lo fundadores del sionismo que el movimiento nacional judío debía tener únicamente a la tierra de Israel como único destino. La elección de Israel como país por encima de la religión fue desde un principio un punto de roce y conflicto entre laicos y religiosos. ¿Es aún así ?
Un 46 % de los más ortodoxos opina que no; un 71 % de los laicos, tampoco y lo que parece haber mejorado bastante es la vinculación del judío más ortodoxo con el ejército israelí. Casi un 50 % de ellos considera un valor religioso poder servir en Tzahal. Un 90 % de los religiosos nacionales, que siempre sirvieron en el ejército, consideran que es un valor religioso servir en el ejército. Entre los judíos laicos servir en el ejército no es visto como un valor religioso. Un 70 % de los judíos ortodoxos le otorgan santidad religiosa al concepto de la tierra de Israel indivisa.
La cuestión de quien es judío sigue siendo un tema pendiente desde el surgimiento de Israel y agravado por diversas aliot donde muchos olim, no judíos pero parientes de judíos, fueron registrados como judíos por el Ministerio del Interior sin conversión alguna. Con el correr de los años comenzaron los problemas.
Los tribunales israelíes emitieron fallos discordantes con la Halajá ( Ley Judía ) y hubo fuertes contradicciones en los diversos puntos de vista. Incluso por necesidades coalicionales en 1958 el premier David Ben Gurión formuló una serie de preguntas claves sobre identidad judía a rabinos, pensadores, filósofos, teólogos para poder perfilar un modelo judío inequivoco de país. Cerca de 50 personalidades respondieron a Ben Gurión. Hubo todo tipo de definiciones y tan solo una estuvo a favor de registrar como judío a quien se declare como tal. Desde entonces nunca se pudo llegar a una definición consensuada del término judío. Hasta el día de hoy cerca de 300.000 olim de la ex URSS legalmente estan en una situación de stand by respecto al reconocimiento de su identidad.
La pregunta que durante algún tiempo preocupó acerca de como esta compuesta en verdad la nacionalidad judía y su vinculación con el sionismo no parece preocupar hoy mucho a una sociedad con problemas existenciales pero de alguna manera, siempre, la solidaridad se impuso sobre las discusiones. Es de dudar que haya en el mundo otro pueblo tan conciente de la necesidad de unificarse por encima de las diferencias. El recuerdo colectivo de las persecuciones y el amor incondicional a la libertad fortalecieron la sensación de pertenencia. En los oscuros años en los que el comunismo soviético buscó forzar la asimilación de los judíos no logró quebrar su espíritu nacional.
En los días de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis estuvieron cerca de doblegar a Moscú, fue erigido en la URSS el Comité Judío Antifacista compuesto por muchos intelectuales judíos progresistas que hace tiempo habían abandonado su identidad. En el encuentro inaugural el escritor comunista, Iliz Aronberg, dijo unas palabras estremecedoras : " Yo soy un escritor ruso pero los nazis me hicieron recordar algo que había olvidado. Mi madre se llamaba Jana. Soy judío y me siento orgulloso de serlo".
Nada de esto evitó que luego el "fiel " Stalín los asesinara a todos.
En el 2002 vimos una escena que parecía superada en el tiempo. En Islamabad, capital de Pakistán, el secuestrado periodista judeo-norteamericano Daniel Perl les diria a sus verdugos de Al Queda antes de ser decapitado : soy judío.
El judaísmo es una religión; una nación, una cultura, una civilización y un destino común a lo largo de la historia. El permiso para vivir hoy como judío es más sencilo que nunca. Mejor ejércitarlo.
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